El alcoholismo, a diferencia del simple consumo excesivo o irresponsable de alcohol, ha sido considerado en el pasado un síntoma de estrés social o psicológico, o un comportamiento aprendido e inadaptado. El alcoholismo ha pasado a ser definido recientemente, y quizá de forma más acertada, como una enfermedad compleja en sí, con todas sus consecuencias. Se desarrolla a lo largo de años. Los primeros síntomas, muy sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades. El alcohol se está considerando cada vez más como una droga que modifica el estado de ánimo, y menos como una parte de la alimentación, una costumbre social o un rito religioso. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.
A pesar de que el alcoholismo afecta mayormente a los adultos, su consumo en los adolescentes es cada vez más preocupante.
Nuestro trabajo consistirá en tratar este tema, el consumo de alcohol entre los adolescentes, que más allá de ser una diversión, se está transformando en un tema preocupante. Cada vez, más chicos terminan borrachos cuando salen a bailar o se juntan con amigos.
A su vez, el consumo empieza cada vez desde más chicos, y los padres son cada vez más permisivos al respecto.
Pero, ¿saben todos lo que causa el alcohol en nuestro organismo?, ¿saben todos por lo que tienen que pasar los que se envician?.
ALCHOLISMO EN ADOLESCENTES Y JOVENES
El consumo de alcohol es un hábito, forma parte de los llamados estilos de vida, estando ampliamente extendido y culturalmente aceptado en la mayoría de los países occidentales. Por tanto, no es solo un comportamiento individual, sino que se encuentra fuertemente influenciado por normas sociales y por el contexto socioeconómico y cultural en el que vivimos. Cambios en estos contextos se acompañan de cambios en el uso / abuso de alcohol.
Uno de esos cambios está siendo la incorporación generalizada de los adolescentes y jóvenes al consumo de alcohol. El consumo juvenil del alcohol presenta hoy unas características propias que han generado una “cultura del consumo de alcohol” diferenciada del consumo tradicional.
Progresivamente se va consolidando un patrón juvenil de consumo de alcohol, caracterizado por ser en el fin de semana y por su papel fundamental como articulador del ocio y de las relaciones sociales de los adolescentes y jóvenes.
El problema , por tanto, no es que beban sino que sus formas de beber están más lejos del modelo tradicional y tienen que ver con sus estilos de vida y su manera de divertirse, con su manera de estar y de proyectarse en el mundo. Para analizar esta situación debemos hacerlo desde una triple dimensión: desde el adolescente, desde la sustancia, en este caso el alcohol, y desde el contexto actual: los valores de nuestra sociedad, el sistema productivo, la publicidad, el papel de la familia, de la escuela, de los grupos de iguales, etc.
EL MUNDO EN EL QUE VIVE SU ADOLESCENTE
La adolescencia es un tiempo de enormes cambios que a menudo pueden ser confusos para un adolescente. Saber lo que significa ser un adolescente puede ayudarle a estar más cerca de su hijo/a y a ejercer una influencia mayor en las decisiones que él/ella deben tomar, incluso aquellas decisiones relacionadas al consumo del alcohol.
Cambios físicos. La mayoría de los jóvenes de 10-14 años experimentan un aumento rápido de estatura y de peso, al igual que el comienzo de su desarrollo sexual. Como resultado, muchos están más pendientes de su cuerpo que cuando eran más pequeños y comienzan a compararse con otros jóvenes y a preguntarse si son suficientemente altos(as), suficientemente delgados(as), suficientemente fuertes, suficientemente atractivos(as). Un adolescente que siente que de alguna forma no da la talla, tienen mayor probabilidad de hacer cosas para agradar a los amigos, incluso experimentar con el alcohol. Durante este tiempo de vulnerabilidad, es particularmente importante que le deje saber a sus hijos(as) que ante sus ojos, sí dan la talla y que son muy importantes para usted.
Destrezas de pensamiento. La mayoría de los adolescentes aún están muy orientados hacia el "ahora" y sólo comienzan a entender que sus acciones -como el consumo de alcohol- tienen consecuencias. Además, tienden a creer que nada malo les va a suceder, lo que contribuye a explicar por qué a menudo toman riesgos indebidos. Por lo tanto, es importante que los adultos inviertan tiempo para ayudar a los jóvenes a entender cómo y por qué los
riesgos relacionados con el alcohol sí les conciernen.
Cambios sociales y emocionales. A medida que los niños se acercan a la adolescencia, los amigos y "la aceptación" cobran más importancia. Los adolescentes jóvenes comienzan a cuestionar los valores y las reglas de los adultos y tienden a buscar en su grupo de amigos, y a través de los medios, las claves de cómo deben comportarse. Dado a este desarrollo normal, quizás no debe sorprendernos que los padres a menudo tengan conflictos con sus hijos(as) según atraviesan los primeros años de la adolescencia. Durante este tiempo, a veces turbulento, quizás el reto más grande para los padres sea lograr un balance entre proveerles su apoyo y establecer los límites adecuados, y respetar la necesidad cada vez mayor de independencia de su hijo(a).
El alcoholismo: una enfermedad
El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y a menudo mortal que Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol. Es producida por la ingestión excesiva de alcohol etílico, bien en forma de bebidas alcohólicas o como constituyente de otras sustancias. La OMS define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos). El alcoholismo parece ser producido por la combinación de diversos factores fisiológicos, psicológicos y genéticos.
Es un trastorno primario y no un síntoma de otras enfermedades o problemas emocionales. La química del alcohol le permite afectar casi todo tipo de célula en el cuerpo, incluyendo las que se encuentran en el sistema nervioso central. En el cerebro, el alcohol interactúa con centros responsables del placer y otras sensaciones deseables; después de la exposición prolongada al alcohol, el cerebro se adapta a los cambios producidos por el alcohol y se vuelve dependiente a ellos. Para las personas que sufren de alcoholismo, el tomar se convierte en el medio principal a través del cual pueden interactuar con personas, trabajo y vida. El alcohol domina su pensamiento, emociones y acciones.
Todos los alcohólicos se enfrentan a los mismos problemas básicos, ya sea que estén mendigando por el valor de una cerveza o se encuentren ocupando un puesto ejecutivo en una gran compañía.
Una vez que el alcoholismo se ha apoderado de un individuo, no puede decirse que la víctima esté cometiendo una falta moral. En ese estado, el alcohólico no puede valerse de su fuerza de voluntad, porque ya ha perdido la facultad de decidir si usa el alcohol o si se abstiene de él.
Etapas del alcoholismo
Etapa 1En la primera etapa el individuo:
1. Bebe demasiado en todas las reuniones.
2. Aumenta su tolerancia y la frecuencia de la ingestión.
3. Bebe con rapidez.
4. Sufre lagunas mentales.
5. Siente preocupación por beber.
6. Bebe furtivamente.
7. Manifiesta un cambio en la actitud y la forma de beber.
Etapa 2
Durante esta etapa el individuo:
8. Sufre pérdida de control.
9. Bebe en la mañana para curarse la curda.
10. Siente aumento del impulso sexual y, al mismo tiempo, impotencia o frigidez.
11. Inventa un sistema de pretextos.
12. Sufre por los reproches de la familia.
13. Derrocha.
14. Muestra agresividad y conducta antisocial.
15. Siente remordimientos persistentes después de las borracheras.
16. Hace intentos de dejar de beber.
17. Cambia su modo de beber.
18. Ocasiona la pérdida de sus amistades.
19. Siente resentimiento.
20. Pierde su trabajo, o cambia frecuentemente de trabajo.
21. Su familia se aparta, forma una unidad defensiva, y cambia de hábitos respectos a las amistades y a la comunidad.
22. Piensa en el escape geográfico.
23. Recurre al ocultamiento.
24. Casos que pueden producirse en cualquier momento: hospitalización, divorcio, accidentes y arrestos.
Etapa 3
En esta etapa el individuo:
25. Sufre borracheras prolongadas.
26. Pierde la tolerancia al alcohol.
27. Le lleva más tiempo recuperarse de una borrachera.
28. Padece temores indefinidos.
29. Se derrumba su sistema de pretextos.
30. Tal vez tenga que ser recluido en una institución mental.
¿Qué es un alcohólico?
Es una persona que sufre una enfermedad, el alcoholismo. Esta persona no puede mantener su forma de beber bajo control, aunque le haga daño a su salud, a su empleo, a su mente y familia.
El alcohólico se caracteriza por depender del alcohol, tanto física como psíquicamente, y la incapacidad de detenerse o abstenerse. La falta de la bebida provoca síntomas de abstinencia.
Al principio el alcohólico puede aparentar una alta tolerancia al alcohol, consumiendo más y mostrando menos efectos nocivos que la población normal. Más adelante, sin embargo, el alcohol empieza a cobrar cada vez mayor importancia, en las relaciones personales, el trabajo, la reputación, e incluso la salud física. El paciente pierde el control sobre el alcohol y es incapaz de evitarlo o moderar su consumo.
¿Es lo mismo un alcohólico que un individuo que se embriaga?
No. Es importante diferenciar entre una intoxicación aguda y el alcoholismo como dependencia del alcohol. Un período aislado de embriaguez no hace a un sujeto alcohólico.
Ordinariamente, el consumidor fuerte de alcohol "aguante más" (tolera) que la persona que no acostumbra a beber. En ésta aparecerá más rápida y fácilmente la borrachera. Pero también se da el caso de alcohólicos en grados avanzados que con una cantidad reducida de alcohol manifiestan signos de embriaguez.
¿Puede un alcohólico volver a beber "normalmente
Hasta donde ha podido determinarse, ningún alcohólico ha vuelto a dejar de serlo. El solo hecho de haberse abstenido del alcohol durante varios meses o años, nunca ha sido suficiente para que un alcohólico pueda beber "normalmente" o socialmente. Una vez que el individuo ha traspasado la frontera entre beber mucho y beber irresponsablemente, no puede volver atrás. Pocos son los alcohólicos que deliberadamente tratan de beber hasta hallarse en apuros, pero los apuros y molestias parecen ser la consecuencia inevitable que espera a los alcohólicos. Después de abstenerse por algún tiempo, puede pensar que no corre peligro experimentando con unas cuantas cervezas o unos pocos vasos de vino suave. Puede engañarse con la falsa idea de que si sólo bebe un poco con las comidas, evitará meterse en problemas. Pero no tardará en verse nuevamente en las garras del alcohol, aunque con toda sinceridad desee limitarse a beber con moderación y en reuniones de sociedad.
El alcohólico nunca será capaz de controlar el alcohol durante un período de tiempo apreciable. Eso deja abiertos dos caminos: dejar que la enfermedad siga empeorando progresivamente, con todas sus terribles consecuencias, o abstenerse totalmente del alcohol y desarrollar una nueva manera de vivir constructivamente.
¿Cómo se puede saber si alguien es alcohólico
Muchas veces es difícil, con frecuencia esta enfermedad se desarrolla lentamente. Pueden pasar años antes que una familia se de cuenta de que alguien necesita ayuda.
Aquí hay unas señales típicas:
· Promesas de tomar menos.
· Discusiones sobre la bebida.
· Acusaciones y negaciones sobre los hábitos de beber.
· Perdidas de conciencia.
· No hacer caso o evitar responsabilidades.
· El adicto a la bebida no puede recordar lo que pasó mientras estaba bebiendo .Asiedad .
¿Se puede curar un alcohólico?
El alcohólico es un individuo que padece de una enfermedad para la cual no se conoce curación alguna -es decir, ninguna curación que les haga posible beber con moderación por un largo período de tiempo, como puede una persona no alcohólica. Debido a que es una enfermedad -una compulsión física más una obsesión mental por la bebida- el alcohólico tiene que aprender a mantenerse completamente alejado del alcohol para poder llevar una vida normal.
Fundamentalmente, el alcoholismo es un problema de salud -una enfermedad física y emocional- más que una cuestión de insuficiente fuerza de voluntad, o debilidad moral.
Algo que todos los alcohólicos parecen tener en común es que, con el tiempo, su manera de beber empeora. No existe ninguna evidencia segura de que una persona que bebía alcohólicamente haya podido volver al moderado beber social por mucho tiempo. No se puede ser "un poco alcohólico". Ya que la enfermedad progresa por etapas, algunos alcohólicos manifiestan síntomas extremos más que otros. No obstante, una vez que cruzan la frontera del alcoholismo, los bebedores problema no pueden volver atrás.
Causas y Efectos del Alcoholismo
Causas
Para que una persona se vuelva alcohólica, por lo general se deberán tener en cuenta factores biológicos, genéticos, culturales y psicológicos.
La mayoría de los expertos concuerda en que los de factores más comunes son:
· Soledad: la bebida se puede usar para disminuir el dolor causado por tener pocas amistades, mudanzas frecuentes, no tener "raíces", separación de los seres queridos, etc..
. Miedo: la bebida puede darle a las personas tímidas, inseguras o amenazadas, un falso sentido de confianza en sí mismos y seguridad.
· Falta de control emocional: puede parecer que la bebida alivia los problemas que uno sufre en sus relaciones con otras personas.
Problemas familiares que pueden incidir en que una persona se transforme en alcohólico
o Culpabilidad
o Vergüenza
o Rencor
o Inseguridad
o Delincuencia
o Problemas económicos
o Maltrato físico
Efectos
El alcohol produce sobre el organismo un efecto tóxico directo y un efecto sedante; además, la ingestión excesiva de alcohol durante periodos prolongados conduce a carencias en la nutrición y en otras necesidades orgánicas, lo cual complica la situación. Los casos avanzados requieren hospitalización. Los efectos sobre los principales sistemas del organismo son acumulativos e incluyen un amplio rango de alteraciones en el aparato digestivo, entre las que destacan las úlceras de estómago y de duodeno, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, así como lesiones irreversibles en los sistemas nerviosos central y periférico. Pueden llegar a producirse desmayos, alucinaciones e intensos temblores, síntomas del síndrome de abstinencia alcohólica más grave, y el delirium tremens, que puede ser mortal a pesar del tratamiento adecuado; esto último contrasta con los síndromes de abstinencia de drogas como la heroína, que aunque muy aparatosos rara vez son fatales. Se ha demostrado en fechas recientes que la ingestión de alcohol durante la gestación, incluso en cantidades moderadas, puede producir daños graves en el feto, especialmente retraso en el desarrollo físico y mental; la forma más grave de este retraso, poco frecuente, se llama síndrome de alcoholismo fetal.
El alcohol se incorpora rápidamente al torrente sanguíneo. A nivel del Sistema Nervioso Central, provoca depresión de las funciones de autocontrol y autocrítica, disminuye la coordinación motriz y afecta la respiración y la circulación.
Los efectos crónicos pueden ser:
· Trastornos severos de la conducta y de la comunicación, tanto afectiva como social
· Disminución de las facultades mentales y obsesión por la ingesta de alcohol
· Trastornos en la sexualidad
· Lesiones orgánicas, como gastritis, úlceras, pancreatitis aguda y crónica, cirrosis hepática, infertilidad, etc..
Alcoholismo en los adolescentes.
¿una enfermedad o un entretenimiento?
El consumo de bebidas alcohólicas ha sido siempre fuente de graves problemas, pero en la época actual sus efectos negativos se han agravado por circunstancias nuevas. Una de ellas es que las bebidas alcohólicas se han popularizado rápidamente entre los adolescentes y cada vez son más jóvenes las personas que beben. Las causas que llevan a consumir alcohol a la juventud son múltiples y variadas.
Para algunos, significa el falso atractivo de entrar en el mundo de los adultos y romper con las pautas que marcan el universo de la niñez. Para muchos más, en cambio, no hay verdadera diversión sin alcohol de por medio, y ello porque el alcohol, aun consumido en pequeñas cantidades, estimula la corteza cerebral y vuelve a las personas más desenfadadas y ocurrentes. El problema es que tras esos primeros efectos de euforia aparece una pérdida de autocontrol y las personas asumen conductas que sin el catalizador etílico no serían capaces de adoptar.
El alcohol ingerido en forma abusiva constituye un factor denominador común en muchos de los graves problemas que enfrenta la sociedad Argentina.
Nuestro país tiene más de 1.265.000 alcohólicos mayores de 16 años, pero lo sintomático del futuro nada promisorio es que tiene más de 800.000 menores de entre 12 y 15 años que ya consumen alcohol regularmente.
La afición por el alcohol se ha convertido en un hábito que tiene hondo enraizamiento en las franjas más jóvenes de la sociedad.
Cualquier transeúnte puede presenciar el desalentador espectáculo de menores que beben en la vía pública, en algunos casos refugiándose en los umbrales y en otros a la vista y paciencia de los demás. ¿Cómo obtienen las bebidas a pesar de las reglamentaciones vigentes?. Éstas son reiteradamente violadas porque nadie se preocupa por hacerlas respetar. A ello se suman otros dos factores: el cuidado despreocupado de los respectivos núcleos familiares y el desmedido afán de lucro de ciertos comerciantes a los cuales tiene sin cuidado el daño que provocan.
Al traspasar los límites de una ingesta moderada y esporádica, los bebedores de alcohol -tanto más cuando se trata de jóvenes- se arriesgan a transformarse en adictos.
Las cifras del consumo juvenil comienzan a ser preocupantes por su progresivo asentamiento y, sobre todo, por las pocas barreras capaces de contrarrestar su incidencia.
El alcohol representa una droga "lícita" con la cual se inician los jóvenes en el vicio adictivo porque es barato, accesible y socialmente aceptado. Las organizaciones criminales lo utilizan como una puerta a nuevas experiencias dado que trabaja abriendo brechas en las que se infiltra, gradualmente, el concepto de iniciación en el consumo.
El exceso en el consumo de alcohol suele ser el primer paso antes de probar la marihuana o la cocaína. El alcohol es, en muchos casos, el camino a la droga y muchísimos jóvenes han comenzado a transitarlo.
¿Culpas de la sociedad...?
Las bebidas alcohólicas suelen aparecer asociadas con el éxito social, en los negocios o en el deporte. Los momentos más románticos se acompañan con vino o champagne. La cerveza patrocina al seleccionado nacional de fútbol... Y la lista podría seguir indefinidamente.
Muchas cosas generan que el adolescente beba, entre ellas la presión de los grupos de adolescentes. A menudo, el consumo de alcohol es exaltado como un reto que convierte el abuso en un falso valor.
Hay, además, una cultura que favorece el consumo del alcohol. Además, muchos de los espectáculos deportivos, que tienen por mayoría de público gente joven, tienen como publicidad marcas de conocidas bebidas alcohólicas, y sin ir muy lejos, la selección nacional tiene como patrocinio la marca de cerveza más conocida de la Argentina.
EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE LOS ADOLESCENTES
Las investigacines muestran que los adolescentes que abusan del alcohol pueden recordar 10% menos de lo que han aprendido que los que no toman.
En una encuesta de 1999, el 31% de los estudiantes de noveno grado informó haber estado en un automóvil conducido por una persona que había ingerido alcohol. Casi el 5% de los estudiantes de noveno grado informó haber conducido una o más veces bajo los efectos del alcohol.
De los jóvenes menores de 15 años que perecieron en accidentes automovilísticos en el 2000, el 20 por ciento murió en accidentes relacionados con el alcohol.
Entre los jóvenes de 12 a 17 años que toman alcohol, el 31% tenía niveles extremos de angustia y 39% exhibió problemas serios de conducta.
En 1997, las muertes por suicidio y homicidio representaron casi el 16% del total de muertes entre jóvenes de 9-15 años. El veintiocho por ciento de los suicidios y el 46% de los homicidios pueden atribuirse directamente al alcohol.
En una muestra nacional representativa de jóvenes de 12-16 años, los que tomaban alcohol tenían niveles más altos de presión arterial diastólica que los que no tomaban alcohol.
Los adolescentes que toman alcohol en exceso tienen los mismos riesgos de salud a largo plazo que los adultos que toman alcohol en exceso.
Las jóvenes de 12 a 16 años que toman alcohol tienen una probabilidad cuatro veces mayor de sufrir depresión que las que no beben.
Las adolescentes que toman alcohol tienen niveles más altos de estradiol (un estrógeno) y testosterona que las que no beben. Los niveles altos de estrógeno pueden contribuir a aumento en el riesgo de ciertas enfermedades, incluido el cáncer de mamas. Los niveles altos de testosterona están asociados con un aumento en el riesgo de uso de sustancias controladas.
¿Por qué beben los adolescentes?
Durante la adolescencia, es común que se experimente con el alcohol. Algunos de los motivos por los que los adolescentes beben alcohol o prueban las drogas son los siguientes:
por curiosidad
para sentirse bien, reducir el estrés y relajarse
para no sentirse diferentes
para parecer mayores
por la presión de los amigos
por vencer la timidez, de sentirse independientes
por la identificación con los padres o adultos bebedores
Desde que son muy pequeños, los niños ven mensajes publicitarios con gente hermosa que disfruta de la vida... y del alcohol. Y como muchos padres y otros adultos beben alcohol en reuniones sociales ?por ejemplo, beben cerveza o vino durante una cena?, muchos adolescentes creen que el alcohol es inofensivo.
¿Por qué no debo beber alcohol?
Si bien en los Estados Unidos es ilegal beber alcohol antes de cumplir 21 años, la mayoría de los adolescentes tiene acceso a las bebidas alcohólicas. Por lo tanto, eres tú quien tiene que tomar una decisión respecto de las bebidas. Además de la posibilidad de convertirte en adicto, beber alcohol conlleva algunas desventajas:
El castigo es severo. Los adolescentes que beben alcohol corren el riesgo de tener problemas obvios con la ley (es ilegal y podrían arrestarte). Los adolescentes que beben alcohol también tienen más probabilidades de involucrarse en peleas y de cometer delitos que quienes no beben.
Las personas que beben en forma regular suelen tener problemas en la escuela: la bebida puede afectar la capacidad para estudiar y sacarse buenas notas, además de afectar el desempeño deportivo (por la falta de coordinación).
Puedes parecer realmente tonto. La impresión es que la bebida te hace más atractivo, pero los cambios que ocasiona el alcohol en el sistema nervioso pueden llevar a que una persona haga tonterías o cosas vergonzantes, como vomitar o hacerse pis encima. La bebida también produce mal aliento, y a nadie le gusta tener una resaca.
El alcohol pone en riesgo tu salud. Los adolescentes que beben alcohol tienen más probabilidades de ser sexualmente activos y de tener relaciones sexuales sin protección y de manera insegura. Si quedas embarazada o contraes una enfermedad de transmisión sexual, tu vida cambiará — o, lo que es peor, llegará a su fin — . Además, el riesgo de que te lastimes — incluso con lesiones fatales — es más alto si estás bajo la influencia del alcohol. La mitad de todas las muertes por ahogamiento entre varones adolescentes están relacionadas con el uso de alcohol. El consumo de alcohol aumenta considerablemente las posibilidades de que un adolescente termine involucrado en un accidente de tránsito o un homicidio, o de que cometa suicidio.
Los adolescentes que beben también tienen más probabilidades de engordar o padecer problemas de salud. Un estudio realizado por la Universidad de Washington reveló que las personas que consumían normalmente cinco o más bebidas alcohólicas, una detrás de la otra, desde los 13 años, eran más propensas al sobrepeso o a la hipertensión a la edad de 24 años que aquellas que no bebían alcohol. Las personas que continúan bebiendo mucho alcohol durante la edad adulta corren el riesgo de dañar órganos tales como el hígado, el corazón o el cerebro.
El Discurso De Las Drogas Legales Y Las Ilegales, Permitidas Y Prohibidas.
En realidad el tabaco y el alcohol producen la misma dependencia que otras drogas(Marihuana) y además hoy predomina el poli consumo. Esta situación es la que ha pillado por sorpresa ante el nuevo tipo de consumo juvenil dejando sin respuesta y creando alarma social.
El tiempo de ocio para los jóvenes es su “tiempo”, en el que marcan sus horarios y actividades fuera del control paterno y adulto. Es el espacio que consideran reservado a su propia iniciativa, lejos de las miradas del mundo adulto.
La obtención de mayores y mejores condiciones de vida ha ido introduciendo una disminución de las horas, cualquier espacio lúdico está dominado, casi de forma exclusiva por los jóvenes. La noche es el espacio en el que los jóvenes se identifican con su generación, es espacio de los colegas, de los iguales, quizás en el único momento en el que se sienten rebeldes y dueños de sus decisiones y actos.
Estamos ante la generación del conformismo ideológico y el bienestar económico. “El joven actual no puede cambiar nada de esta sociedad solo puede consumir” “La única forma que tienen de incorporarse a la sociedad de los mayores es la noche. Ese es el gran secreto: salir, consumir, gastar, beber, estar en determinados locales” .El alcohol forma parte del tiempo de ocio de los jóvenes y del ambiente nocturno, de la magia de la noche. La presencia del alcohol se acentúa si analizamos las actividades en función de las tipologías de bebedores. Puede asegurarse que existe una clara relación entre el consumo de alcohol y la noche(La frecuencia en salidas nocturnas durante los fines de semana y la hora de regreso a casa. El 80% de quienes beben alcohol de forma abusiva salen todos los fines de semana durante la noche, frente al 50% de los abstemios. Respecto a la segunda variable, a medida que aumenta el grado de consumo de alcohol la hora de llegada a casa es más tardía , ps. Mauricio González).
Se ha producido una generalización de las pautas de ocio juvenil durante los fines de semana. El tiempo de ocio es hoy mayor que el tiempo de trabajo. Lo que en un principio puede ser recuperar un espacio de libertad y una oportunidad de desarrollo, se está convirtiendo en una obligación y en un espacio para consumir.
Con este objetivo la publicidad se está centrando fundamentalmente en los jóvenes, en general, y en las mujeres en particular como grupo, para fomentar el consumo de alcohol, de tabaco y de otros muchos productos de consumo.
Existe además una problematización de los adolescentes y jóvenes. No se les ve como personas en proceso sino como problema sobre el que no se sabe muy bien qué hacer.
El alcohol al conducir
Los accidentes de tránsito representan un grave problema de salud pública y son motivo de preocupación de las autoridades sanitarias de todo el mundo.
En efecto la falta de educación vial tanto del conductor como del peatón, la inobservancia de las reglas de tránsito, el exceso de velocidad y el consumo exagerado de bebidas alcohólicas por conductores y peatones hechos a veces en forma desaprensiva y otras con total ignorancia del riesgo que ello implica. Son las causales más frecuentes de la gran cantidad de casos que se registran en todo el mundo.
Los accidentes de tránsito causan más muerte de jóvenes que los homicidios y suicidios. En estas situaciones, el alcoholismo es la mayor causa de muerte entre los 18 y los 30 años, representando el 32,5% mientras que el 14,8% de las víctimas tiene menos de 17 años.
Sin embargo, la ebriedad no es lo peor. Lo peligroso aparece cuando una persona ha consumido suficiente alcohol para pensar que se encuentra bien, aunque en realidad no sepa bien qué está pasando a su alrededor: es, por ejemplo, cuando alguien cree que está en capacidad de conducir un vehículo o de jugar con un arma. Las estadísticas demuestran claramente la incidencia que tienen las bebidas alcohólicas -cuando son consumidas en exceso- en los accidentes de tránsito o de otro tipo. Además, la relación entre alcohol y enfermedades de transmisión sexual es innegable, pues una persona alcoholizada pierde las inhibiciones y el sentido de la realidad y es capaz de llevar a efecto acciones que de otra manera nunca ejecutaría.
Muchos han sido los intentos ensayados para disminuir y controlar el consumo de alcohol entre los jóvenes, sin demasiado éxito hasta el momento. Normas que prohíben el expendio de bebidas alcohólicas a menores de 18 años o en espectáculos deportivos o en estaciones de servicio son algunas de las disposiciones que se han transformado en letra muerta no sólo porque casi nadie las acata sino, lo que es peor aún, porque nadie las hace cumplir.
Vivimos en una sociedad en la que sobran las excusas para beber. El trabajo educativo tendrá que contribuir a fortalecer la autoestima de los adolescentes y a que comprendan los efectos reales del alcohol y los peligros a que se exponen. Es necesario desechar la comodidad que lleva a no enfrentar el tema con decisión y a dejar las cosas como si se tratara de "travesuras juveniles", cuando en realidad está de por medio, en muchos casos, la vida de los adolescentes.
CONCLUSIÓN
La juventud es una etapa muy importante de la vida en la que hombres y mujeres se van descubriendo en forma espontánea y rápida a ellos mismos. Algunos lo hacen sin grandes tropiezos, avanzando en la formación de la personalidad que les permitirá ser, ya mayores, gente útil a la sociedad de la que formarán parte.
Otros, en cambio, no tendrán tan feliz destino y se verán acorralados por circunstancias poco favorables y a veces tristes. Entre ellos están los alcohólicos predispuestos tempranamente a que esta terrible enfermedad los atrape en esa etapa jovial de sus vidas.
Los caminos que los llevan a vivir experiencias tan desgraciadas son muchas y variadas. Pero actualmente el mundo que nos toca compartir está demostrando que el alcoholismo ya se ha instalado con vigor en la juventud, sumiéndola en cruentas circunstancias que, años atrás, estaban reservadas a gente de mayor edad.
También estamos asistiendo a la triste evidencia de que el alcoholismo ya ha dejado de ser una cosa propia y casi exclusiva de los hombres. Hoy son muchas las mujeres que lo padecen y, entre ellas, la franja que incluye a las jóvenes se muestra sin ningún disimulo.